Pinza de freno: funcionamiento y procedimiento en caso de defectos

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Pinza de freno
© Shutterstock / CC7

La pinza de freno es un componente esencial del sistema de frenos de disco. Su construcción robusta la hace prácticamente inmune al desgaste. Sin embargo, si se produce un defecto, surge la pregunta: ¿sustituir o reparar?

Hoy en día, la mayoría de los vehículos de motor están equipados con frenos de disco. La pinza de freno es un componente imprescindible de este sistema. El tipo más común es la pinza de freno flotante. En raras ocasiones, se encuentran pinzas de freno fijas. Fabricada en hierro fundido, a veces en aluminio para vehículos deportivos, esta pieza sostiene las pastillas de freno y las coloca sobre el disco de freno. Cuando se presiona el freno, un sistema hidráulico (o mecánico) transmite la presión de frenado a los pistones de freno. El pistón presiona las pastillas de freno, que a su vez se aplican sobre el disco de freno, lo que provoca que el vehículo frene. Por lo general, las pinzas de freno son resistentes al desgaste, pero en ocasiones, este componente puede dañarse debido a un alto estrés o factores externos. ¿Se puede reparar o es necesario reemplazarlo? Descubra la respuesta a esta pregunta a continuación.

Accidentes y carreteras en mal estado: una causa común de fallo de las pinzas de freno

Gracias a su robusta construcción, la vida útil de la pinza de freno suele superar la del automóvil. Sin embargo, si ocurre alguna falla, a menudo la causa es un accidente. Una fuerza externa significativa puede deformar el material de la pinza de freno, lo que hace que los frenos pierdan eficacia o incluso dejen de funcionar por completo. En este caso, es indispensable reemplazar la pinza de freno. Del mismo modo, un impacto violento contra un bordillo, por ejemplo, puede provocar pequeñas grietas en el metal fundido. La humedad puede infiltrarse en ellas, creando un ambiente propicio para la formación de óxido. Las vibraciones constantes debido a carreteras en mal estado, una conducción agresiva o defectos en los materiales también pueden dañar una pinza de freno. En el peor de los casos, puede romperse durante la conducción.

Los defectos en la pinza de freno suelen desarrollarse gradualmente

Afortunadamente, los defectos rara vez se manifiestan de manera tan radical. Con mucha más frecuencia, los problemas se hacen evidentes, por ejemplo, a través de un comportamiento de frenado desigual, ruidos de raspaduras y roces o el hecho de que el automóvil tiende a tirar hacia un lado. Las pastillas de freno que se desgastan de manera desigual también pueden ser un signo de un defecto en la pinza de freno.

En todos estos casos, se recomienda una inspección minuciosa por parte de un profesional. No es posible evaluar de manera confiable los defectos de la pieza desde el exterior. Además, los frenos son componentes cruciales de seguridad para el automóvil. Por lo tanto, cualquier intento de reparación por cuenta propia debe ser descartado de inmediato. Si el mecánico diagnostica una pinza de freno defectuosa, es necesario sustituirla por una pieza nueva original o idéntica. Por lo general, la sustitución incluye el cambio de juntas y líquidos relevantes. Luego, el mecánico recalibra la pinza de freno y verifica su funcionamiento.

¿Sustituir o reparar?

Pinza de freno
© Shutterstock / NONGASIMO

Las fuerzas externas no siempre son responsables de las pinzas de freno defectuosas. La causa suele ser más a menudo un mantenimiento insuficiente, pastillas de freno desgastadas, falta de lubricación o el uso de un lubricante inadecuado, o incluso juntas porosas. El aire y las partículas extrañas en el sistema de frenos también pueden provocar que las pinzas de freno no funcionen correctamente.

En muchos casos, es posible solucionar los problemas resultantes sin necesidad de reemplazar toda la pieza. A menudo, basta con reemplazar las juntas, pasadores guía, resortes o pistones dañados o desgastados. Para los vehículos que han estado parados durante mucho tiempo y tienen una pinza de freno fija, la aplicación de un lubricante adecuado a menudo es suficiente para revitalizar el sistema de frenos. En cualquier caso, si experimenta problemas de frenos inexplicables, acuda a un mecánico para determinar la causa.