La construcción de un radiador de agua para un vehículo de motor es relativamente sencilla. En un marco con una base, una tapa y dos partes laterales, hay una rejilla con tubos delgados y aletas aún más finas. El agua de refrigeración circula por esos tubos. A través de las aletas, el calor del agua de refrigeración se libera al entorno. La oxidación y los daños externos, como las astillas de piedra, pueden causar fugas en el radiador de agua. Sin embargo, no siempre necesitas visitar un taller si el radiador pierde agua. Al menos puedes comprobar rápidamente por ti mismo si el sistema de refrigeración tiene fugas y si el radiador de agua es el responsable.
Señales de un radiador de agua con fugas
Si el radiador de agua tiene fugas, el agua de refrigeración se pierde en el circuito y ya no estará disponible para enfriar el motor. La primera señal de que el nivel de refrigerante es bajo suele ser un aumento anormal de la temperatura del motor. Siempre debes verificar el nivel de refrigerante en el depósito de compensación cuando el motor esté frío. Solo con el motor frío se muestra el nivel real de agua del sistema en el depósito. Si el motor está caliente, la medición será incorrecta debido a la expansión del agua por el calentamiento y el aumento de presión en el sistema de refrigeración.
Las fugas también pueden producirse cuando aparcas el coche caliente después de usarlo. Si hay una fuga, al menos verás una mancha húmeda debajo del vehículo. Si el agua de refrigeración está mezclada con anticongelante, en la mayoría de los casos podrás identificar la mancha por su color verdoso y descartar de forma fiable que sea agua de condensación del sistema de aire acondicionado.
Reparar un radiador de agua
Si el radiador tiene una pequeña fuga y solo hay una leve pérdida de agua, en muchos casos puedes repararlo de forma económica y sin mucho esfuerzo, al menos por un tiempo prolongado. Para estos casos, existen selladores líquidos para radiadores. Es importante que sigas cuidadosamente las instrucciones de uso del fabricante. El sellador se añade al agua de refrigeración, luego debes hacer que el motor alcance su temperatura de funcionamiento y mantenerlo así durante un tiempo. Después, puedes vaciar el refrigerante con el sellador y rellenar el sistema de refrigeración como normalmente harías.
Si la reparación con sellador no funciona como esperabas, la única opción será reemplazar el radiador por uno nuevo o encargar su reparación a una empresa especializada. En el caso de vehículos antiguos o coches clásicos, acudir a un taller especializado suele ser la opción más económica y, a veces, la única manera de volver a poner el coche en marcha. Reparar un radiador por tu cuenta solo es recomendable si tienes experiencia manejando un soplete. Si no tienes práctica, podrías empeorar el daño en lugar de solucionarlo.
La prueba de resistencia
Aquí compruebas si el cable de encendido está defectuoso o dañado. Para ello, primero debes buscar el valor de resistencia del cable en el manual de reparación o, si no lo tienes a mano, también puedes encontrarlo en Internet. Luego, mides la resistencia del cable de encendido utilizando un multímetro (o un ohmímetro). Si el valor está fuera del rango especificado, significa que los conductores del cable están dañados.
El cuidado adecuado para una vida útil más larga
Si sigues unos pasos sencillos, el radiador de agua puede durar toda la vida útil del coche sin darte problemas. Muchos propietarios suelen llenar el circuito de refrigeración con agua del grifo, pero esta contiene más o menos cal, dependiendo de la región. La cal se acumula en el radiador y forma una capa aislante que reduce la transferencia de calor entre el agua de refrigeración y el metal del radiador, lo que afecta al rendimiento de la refrigeración. Es mejor utilizar agua destilada para llenar el radiador.
Si ya hay depósitos de cal, puedes usar agentes especiales de limpieza de radiadores para eliminar esas acumulaciones, garantizando superficies limpias y un rendimiento de refrigeración óptimo. Además, el anticongelante en el agua de refrigeración no solo evita que esta se congele en invierno, sino que también previene la formación de óxido dentro del radiador gracias a sus propiedades químicas. Por eso, cuando cambies o rellenes el agua de refrigeración, también es recomendable renovar el anticongelante al mismo tiempo.