Los cofres de techo son un complemento que se ve con frecuencia en los automóviles, pero quien crea ahora que esta práctica construcción ha existido siempre se equivoca. Al principio, se desarrollaron cestas sencillas que se utilizaban para los techos de los coches, pero pronto aparecieron los primeros problemas. Tampoco existía protección contra la intemperie para las mercancías que se iban a transportar. Sin embargo, este invento hizo posible que, ya en 1940, se pudiera adquirir la primera baca y, por tanto, transportar también mercancías voluminosas fuera del maletero o del interior del vehículo. Esto supuso una gran ayuda, especialmente para los propietarios de coches pequeños. Sin embargo, la carga se aseguraba únicamente con cuerdas de tensión y ya no resistiría las normas de seguridad actuales. La empresa Edison Engineering Company Inc, originaria de Estados Unidos, consiguió entonces desarrollar la primera construcción que se asemeja a la baca actual. Su principal objetivo era conseguir cajas cerradas que fueran fáciles de colocar y quitar y, sobre todo, que no perjudicaran la seguridad de la conducción. En 1935 ya existía una patente que se había presentado pero que no se había hecho. Sin embargo, la caja allí concebida sólo se sostenía en el techo con cuatro ventosas y probablemente no habría dominado un paseo real en ninguna circunstancia. Hoy en día, hay formas mucho mejores de fijar la caja del techo.