Para muchos motociclistas, la moto sigue siendo un vehículo reservado para los días soleados. Pero, ¿qué precauciones hay que tener en cuenta si se desea utilizarla también en invierno? Hace algunos años, era común ver motos en circulación incluso en los meses más fríos. En las décadas de los 70 y 80, muchos conductores dependían de la moto como su único medio de transporte para ir al trabajo, ya que no contaban con un coche.
Además, en España, el invierno no siempre implica nieve y hielo; es bastante habitual que las temperaturas rondan los 10 °C. Entonces, ¿es realmente posible conducir de forma segura en moto durante el invierno?
Neumáticos de invierno para motos
En los últimos años y décadas, el mercado de las motos ha pasado por numerosos cambios. Hoy en día, las motos suelen ser considerablemente más pesadas, lo que representa una desventaja notable durante el invierno. Sin embargo, este no es el único motivo para evitar conducir sobre hielo; el aumento del tráfico también convierte esta práctica en algo muy peligroso.
Para conducir de forma segura en invierno, es recomendable equipar tu moto con neumáticos de invierno. Sin embargo, a diferencia de los automóviles, estos neumáticos son menos comunes en el mundo de las motos y las opciones disponibles son limitadas. De todos modos, circular sobre hielo siempre es arriesgado. Si planeas sacar tu moto del garaje en un día seco pero con temperaturas bajas, es fundamental vestirse adecuadamente. Para viajes largos, necesitarás guantes gruesos y ropa térmica. Las manos y los pies son especialmente sensibles al frío, por lo que los guantes bien aislados y los puños calefactables resultan muy útiles, al igual que unas botas de invierno resistentes.
Montar en moto en invierno: precauciones a tomar
Aunque no se espere hielo, durante el invierno es común encontrar sal de deshielo en las carreteras. Este producto, que también puede ser perjudicial para los coches, tiene la capacidad de infiltrarse en todos los rincones de una moto. Además, muchas motocicletas cuentan con piezas cromadas que son especialmente vulnerables a los productos químicos agresivos. Por ello, se recomienda tratarlas antes de salir y enjuagarlas bien después de un viaje largo.
Es fundamental seguir estrictamente los intervalos de cambio de aceite. Dado que la moto no alcanza rápidamente su temperatura de funcionamiento, el agua condensada que se forma en el aceite no se evapora adecuadamente. Esta agua disminuye la capacidad lubricante del aceite y, a su vez, aumenta el desgaste del motor. También es importante asegurarse de que el líquido refrigerante esté debidamente protegido contra el congelamiento para evitar daños costosos.
Al igual que en un coche, la batería enfrenta una mayor carga en invierno. Por lo tanto, si la batería está desgastada, es mejor reemplazarla antes de que llegue el frío.
Finalmente, es recomendable tener un manejo suave del acelerador. Evita llevar el motor a altas revoluciones cuando aún no está caliente.